lunes, 24 de febrero de 2014

La vieja mina de oro


En Rodalquilar, una localidad del municipio de Níjar en Almería, en pleno Cabo de Gata, nos encontramos con una vieja mina de oro abandonada. 



La actividad minera en la zona se inició en la Edad Medía. El mineral que se extraía era el alumbre, usado en la protoindustria textil como mordiente para fijar los colores en los tejidos. Los "tollos", de donde se extraía el mineral, eran una especia de trincheras a cielo abierto. Con la perdida de los territorios donde se ubicaban las minas bizantinas, que pasaron a manos de los turcos, se inició la búsqueda de nuevos yacimientos que abastecieran a Europa. Este mineral fue descubierto en Rodalquilar en 1509. En el Playazo se instaló una fábrica y un poblado minero a principios del siglo XVI, recién terminada la Reconquista.
Los ataques de los piratas berberiscos eran continuos, y en uno de ellos fueron raptados todos los habitantes del antiguo pueblo de Los Alumbres. Para su protección se construyó el castillo renacentista de la Torre de los Alumbres, junto al camino que conduce al Playazo.


Torre de los Alumbres

El Playazo

El descubrimiento del oro en Rodalquilar está ligado al agotamiento de los filones de plomo argentífero que se venían explotando en la zona desde principios del siglo XIX, teniendo su auge entre 1870-1875, destacando la mina “Santa Bárbara”.
En 1883 se descubre oro en la mina “Las Niñas”, situada en el barranco del Lobo, a menos de un kilómetro del pueblo de Rodalquilar.


En 1928 se crea en Madrid la compañía “Minas de Rodalquilar S.A”, presidida por Fernándo María de Ybarra, el Marqués de Arriluce, aunque la empresa estaba controlada por capital británico. En 1931 logra la obtención a pie de mina del oro de Rodalquilar mediante cianuración. Para ello construyeron el complejo conocido como Planta Dorr, con sus tanques agitadores y de lavado contracorriente y el edificio P.A.F. 

balsas de decantación

Mantuvo la explotación con éxito hasta que en 1936 las minas son incautadas por sindicalistas que intentarán su explotación durante la Guerra Civil. Tan solo se extrajeron 39 Kg de oro durante ese periodo.


Después de la Guerra Civil Española, en 1940, todas las minas de la zona fueron nacionalizadas, hasta que en 1966 el INI, por medio de su empresa Adaro, cierra las minas de oro que poseía en el pueblo.
En 1989, las minas de oro se reabrirán de una manera casi fugaz, gracias a la sociedad St. Joe Transaccion Inc. y Cia., de capital británico, para cerrar definitivamente en el año 1990, a pesar de que la concesión era para un total de cuatro años, por la baja rentabilidad de la extracción.


De la zona minera de Rodalquilar se extrajeron, además de oro y alumbre, aluminio, amatista, andesita, caolín, plata, plomo y zinc.
Existe un mineral de telurio que es propio de la zona, conocido como Rodalquilarita, de fórmula HFe3+2(TeO3)4Cl




barranco del Lobo


El cianuro empleado en la separación del oro ha dejado unas escombreras totalmente desprovistas de vida. La erosión del agua ha conferido a ese paisaje el aspecto de cañones fluviales en miniatura.








jueves, 30 de enero de 2014

El rincón de las tolvas metálicas













La fábrica es un conjunto enorme de naves,  muchas de ellas tapiadas y abandonadas, otras realquiladas a otras industrias y talleres. En un rincón de una de las naves en desuso se encuentra esta maquinaria de principios de siglo XX, donde solo el paso del tiempo, y no la acción vandálica del hombre, han dejado su huella. El óxido, el hollín, el polvo, las telarañas y manchas de humedad confieren al lugar un extraño encanto y atractivo. Penetrar por primera vez en ese pequeño espacio recóndito y lleno de historia produce una emoción similar a la que experimentaría cualquier arqueólogo al descubrir su hallazgo.
Dado que toda esta maquinaria sería un suculento botín para los chatarreros y demás gamberros que se divierten destrozando lo ajeno, y esas paredes mohosas son demasiada tentación para grafiteros, no daré ninguna otra información que pueda llevar a dar con su emplazamiento.

La fàbica és un conjunt enorme de naus, moltes d'elles barrades i bandonades, unes altres re-llogades a altres indústries i tallers. En un recó d'una de les naus en desús es troba aquesta maquinària de principis de segle XX, on solament el pas del temps, i no l'acció vandàlica de l'home, han deixat la seva empremta. El òxid, el sudge, la pols, les teranyines i taques d'humitat confereixen all lloc un estrany encant i atractiu. Penetrar per primera vegada en aquest petit espai recòndit i ple d'història produeix una emoció similar a la experimentada per qualsevol arqueòleg en descubrir la seva troballa.
Atés que tota aquesta maquinària seria un suculent botí per als ferrovellers i altres disbauxats que es diverteixen destrossant l'alié, i aquestes parets florides son massa temptació per grafiters, no donaré cap altra informació que pugui portar a donar amb el seu emplaçament.